Lalo Santa María dedicó los primeros años de su juventud a los trabajos de oficinas comerciales, llegando a ser contador de la extinta casa lencera «Abuasale Hermanos» de esta ciudad de Mérida. Lauro Santa María Cámara. Ello no obstante, en sus ratos de ocio cultivó con ahínco la música en forma empírica, llegando a ser un excelente «mandolinista» y un inmejorable acompañante a la guitarra.

Enamorado de la trova en la sentimental modalidad de la serenata amorosa, gustaba de ambular por las coloniales calles del barrio de «San Cristóbal» en amigables líricas rondallas, siendo la más notable la que él dirigiera e integrada por sus amigos Antonio y Fausto Centeno, Antonio Castilla y el propio Lalo.
La Canción Yucateca
Al tomar fuerza ese maravilloso reflorecimiento de la Canción Yucateca movimiento artístico popular que se iniciara por ahí de 1920, Lalo, al igual que otros varios aficionados que luego llegaron a ser notables trovadores, dejó su primordial oficio para dedicarse exclusivamente al arte de la trova, triunfando con suma facilidad por sus brillantes dotes de guitarrista acompañante y sobre todo, tocando el «Requinto», instrumento entonces muy de moda. Y así formando dueto con el festejado trovador el «Chel» Suárez hizo una gira por varios Estados hermanos del nuestro, cantando canciones yucatecas. Después, al retornar, hizo pareja con ese otro gran valor de nuestra canción. Pepe Gómez formándose uno de los más famosos, si no el más famoso dueto de trovadores «serenatistas».

Cuarteto y Quinteto
En 1926, al fusionarse el dueto Gómez-Santa-María con el dueto formado por Leovigildo Sánchez (El Suncho) y Gustavo Pérez Abreu, Lalo fue el director del aplaudido «Cuarteto Yucatán» luego fue integrante del «Quinteto Yucatán» con el propio Suncho, Manolo López, Daniel Tenorio y Juárez García; quinteto que bajo la dirección de éste último, disputara al famoso «Quinteto Mérida» de Pepe Domínguez la supremacía en la mejor época de nuestra canción.
Sus dotes didácticas, su caballerosidad y exquisita gentileza lo llevaron hasta las salas hogareñas de distinguidas familias meridanas a prodigar sus clases de acompañamiento a la guitarra, para bien de muchas damas aficionadas a la trova. Lauro Santa María Cámara. Y a ese su carácter caballeroso y afable, Lalo debe quizá su iniciación y éxito como compositor de canciones.
Pues que, imperando en él una íntima modestia, únicamente su gentileza lo obligó a obsequiar en sus repetidas instancias a su amigo Ermilo Padrón López en el sentido de que musicalizara una cantinela que el propio Padrón había escrito especialmente para el «Quinteto Yucatán«.
Y así fue como Lalo compusiera su primera canción, «Amapola del Trigal», que a sorpresa suya obtuvo un rotundo éxito, pues inmediatamente Pepe Domínguez se enamoró de ella y logró que el «Quinteto Mérida» tuviera el privilegio de estrenarla. Esta canción pronto traspuso las fronteras patrias grabada en discos de dos distintas casas fonográficas.

Discos Víctor
A tal éxito, Lalo se entusiasmó y compuso siempre con versos de Padrón López, otras canciones: «Hilito de Agua», grabada en discos Víctor por el «Quinteto Mérida«, «Mi Herida», «Mi Ultima Ilusión» y «Violeta Sentimental», las dos primeras con ritmo de bolero yucateco y la última con ritmo de clave.
Posteriormente musicalizó cantilenas de otros poetas yucatecos; recordamos «Congoja», preciosa serenata que con versos de Ricardo Río figura en el Cancionero Yucateco formado por el maestro Filiberto Romero en 1931, también «Canción de Amor» con letra de Juan Ortega, «Ojos Claros» con versos de Humberto Lara y Lara, «Quiéreme» y «Esquife» con versos de Gabriel A. Menéndez, «Senderito» y otras más. Últimamente con el poeta Alfredo Aguilar A. dio a los vientos con éxito «Valladolid», Capricho-Vals de sabor auténticamente yucateco.
Orquesta Típica Yucalpetén
No muy prolífico, pero sí recio en emoción interpretativa al sentir las cantilenas a él dedicadas, y muy inspirado al crear, especialmente las canciones de tipo romántico yucateco. No menos de seis producciones suyas, enriquecen el repertorio de nuestra Orquesta Típica Yucalpetén.
Al formarse esta Orquesta, el maestro Daniel Ayala Pérez tuvo la atingencia de invitar a Lalo para que formara parte de este nuestro prestigioso conjunto folklórico musical, y así volvió el gentilísimo e inspirado artista a su prístina mandolina, después de haber arrancado lauros a la guitarra y al requinto.
Y aún sabemos que tenía en preparación alguna otra bella canción… ¿Letra?.. nos ha guardado el secreto.
Ermilo Padrón López.
Dos palabras
Durante los últimos días de su existencia, mi esposo, el conocido compositor y trovador Lauro Santamaría Cámara se dedicó afanosamente a recopilar con el cariño que siempre sintió por la trova yucateca, gran número de canciones vernáculas, con el deseo de publicar un álbum de ellas. Don Lauro Santa María Cámara. Mas desgraciadamente la muerte lo sorprendió antes de dar fin a su labor.
No obstante al quedar en mi poder las copias que hizo de cerca de 250 canciones, hubiera reunido más, si su vida se hubiese prolongado, he querido, como un tributo a su memoria, darlas a conocer en este álbum al que he titulado «El Recuerdo» en remembranza de los tiempos de oro de la canción yucateca de la cual mi extinto esposo fue uno de los esforzados sostenedores.
Productores de música yucateca
En este álbum de canciones vernáculas están consignadas las letras de las más populares producciones de Uay-Cue, Chan Cil, Pepe Martínez, Ricardo Palmerín, Guty Cárdenas, Pepe Domínguez, Filiberto Romero, Hnos. Pacheco, Rubén Darío Herrera, Pepe Gómez, Lalo Santamaría, Domingo Casanova y de otros inspirados trovadores del Mayab que han llenado el cielo musical de nuestra Patria con verdaderas constelaciones de canciones románticas, tiernas y apasionadas, gratas siempre a quienes saben dar a las cosas del espíritu el lugar preferente que les corresponde.
Folleto «El Recuerdo»
Que el lector al posar la mirada en la páginas de «EL RECUERDO» encuentre una dulce evocación o una grata sorpresa en cada una de ellas, es el deseo ferviente de quien al darla a la publicidad sólo trata de llevar al cabo una obra que la impiedad de la muerte quiso dejar trunca.

Mi agradecimiento a los amigos de mi inolvidable esposo Lalo, que generosamente han cooperado conmigo, ayudándome con la publicación de algún anuncio comercial y también a quienes gentilmente han ofrecido adquirir un ejemplar de este álbum, coadyuvando así a la realización de la parte económica, indispensable para su publicación.
Mercedes Teyer Vda. de Santa María.
De: «El Recuerdo», Álbum de Canciones Yucatecas, a la memoria de Lalo Santa María. 1950.