La publicidad en Mérida 1900

Primera parte de La publicidad en Mérida 1900. Hablar del Mérida antiguo, de la ciudad antañona que alegre y gentil se entregaba al holgorio, al dulce canto y la sentida música. La ciudad que troquelaba sus calles llenas de polvo y lodo con el ladrillo vitrificado y el asfalto reluciente. Es REVIVIR los tiempos del abuelo que, gallardo y altivo entonces, sin celos ni iracundias, transformaba insensiblemente el aspecto de la ciudad, carente de automóviles y radios, en el panorama de modernidad que presenta en sus diversos mirajes.

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La faena diaria, sentimental y ruda, deja en la alforja del tiempo, el recuerdo de muchos hombres virtuosos y buenos, quienes, con esa peculiaridad de labor común en nuestro terruño, organizaron fuentes de actividad y de trabajo.

Fábrica de cerveza en Mérida 1888

El propósito de estas crónicas es recordar las casas comerciales de aquellos años y la forma de publicidad que en periódicos, avisos, fachadas y muros, desempeñó un papel importante en la propaganda de los negocios.

   

Antecedentes

Estamos en los últimos lustros del Siglo XVIII. La publicidad en Mérida 1900. Con un pequeño esfuerzo logramos adquirir una idea del Mérida dormido, que muy de madrugada despierta con el tañer de las campanas parroquiales.

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Calle abajo y hacia el centro de la ciudad, transitan algunas gentes procedentes de sus cuatro barrios principales: Santiago, Santa Ana, San Sebastián y San Cristóbal. Las domésticas de las casas ricas se encaminaban a los templos, algunos de ellos hoy (1937) inexistentes, como el de Jesús María y San Juan de Dios. Se pregonan los Diarios de la época, (La Revista de Mérida y el Eco del Comercio) en tanto los coches típicos, los «púlpitos» de caballos alzados y soberbios, llevan a los viajeros rumbo a las cuatro estaciones ferroviarias: La Peninsular (a Campeche), Mejorada (a Progreso), de Cantón (a Valladolid) y Peto.

Fábrica de Velas el Faro 1888
Anuncio de Fábrica de velas «El Faro»

Es la hora habitual traficantes y verduleras, dirigen su trajinar al viejo MERCADO «GARCÍA REJÓN». Empiezan a entreabrir sus puertas los mercaderes de la calle de HIDALGO (la 65 de hoy), y se apaga alguna que otra luz de acetileno de la antigua casona señorial que aún se resiste al alumbrado eléctrico.

   

¿Qué estudiante de hace sesenta años, año 1877, (1937-60=1877), no recuerda el tenducho de María TONICHA, las sabrosas empanadas del BUFO HERRERA y los ricos roscones del SUBMARINO PERAL?

Zona del comercio

Ya por aquella época, el área de la ciudad se prolongaba más allá de los ARCOS URBANOS y el comercio en locales estrechos y abandonados, se expansionaba hasta las afueras, alcanzando muchas, título y fama ante la clientela.

   

Las tiendas de abarrotes, tahonería y expendio de licores al mismo tiempo, no eran todo lo higiénico que se deseara. Por el mantenimiento de la tradición, del augurio de buena suerte, se dejaba en los rincones y techos las telas de araña.

Cualquier anuncio mural, es un dato que impresiona gratamente el espíritu y nos demuestra la importancia del anuncio en el transcurso de los tiempos. La publicidad en Mérida 1900. Así reza cuando menos el labrado en piedra de la esquina EL CHACMOL que «nos cuenta en sus anales» lo conveniente de «Dar a la calle seña para que nadie se pierda«.

   

Las esquinas

La evidencia de la duración de ese pasado en el nombre de los establecimientos, se ensancha y singulariza hasta el presente. La TUCHA, el DZALBAY, el MONIFATO, el Chuy, la Cruz Roja, el LORO, el Pájaro Hu, etc., etc.

Como locales típicos que aún (1937) no han sido derrumbados a pesar del tiempo indeleble, existen el CHIMES, el CONEJO, y la CRUZ DE GÁLVEZ.

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Aunque nuestro propósito no es hacer historia completa de las TIENDAS de VENTA, la Cruz de Gálvez adquiere un sentido histórico en nuestra narración.

   

Puntos de salida a diferentes destinos

Desde tiempos Coloniales, fue el punto de «descanso» o parada de las carretas y peatones que venían del Oriente del Estado. Demarcó desde entonces el camino o línea en la calle principal, abarcando un radio extenso de establecimientos hasta la vieja ALAMEDA. Los puntos fijos que daban acceso a la ciudad como LA ERMITA (camino de Campeche), LA PALOMA, (camino de Sisal), LOS PORTALES DE JALAPA (camino de Progreso), EL VERDADERO CEDRO (camino de la Costa), representaron en su época, centros de agitación comercial.

   

Origen de los nombres de las esquinas

El origen del nombre de las esquinas guardan su fuente histórica: ya un árbol, un apodo, un acontecimiento. La publicidad en Mérida 1900. Tipo clásico de lo dicho fue EL OMNIBUS, lugar de estacionamiento de estos carruajes públicos, actual (1937) esquina de EL OLIMPO, EL CHÉVERE, EL CHOMAC, según referencias de un antepasado del que esto escribe, fue en su origen de D. Catalino Pérez, «el Chomac Pérez«, como cariñosamente le llamaban. Así surgieron probablemente EL CINTARAZO, EL DEGOLLADO, EL CLARÍN y otros tantos.

De: Transcripción de la nota «El anuncio y el comercio de Mérida en los principios del Siglo«, Prof. Víctor M. Martínez, Diario del Sureste 1937

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Evolución de la Plaza Grande Mérida