Acompaña este escrito, una fotografía original en blanco y negro, restaurada en color, posiblemente de los años 1930s, perteneciente a la Fototeca “Pío Pérez”. Según los datos que acompañan esa foto, aparece la cruz de piedra labrada conocida como “La Cruz de Cozumel”. Del lado derecho, aparece la Sra. Eleanor Roosvelt, esposa del Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosvelt (1933-1945), y a la izquierda, el Sr. D. Rafael Regil.
Al parecer, la cruz de piedra que aparece en la fotografía, se trata de una pieza que se cree, y por eso la leyenda que la acompaña, que fue objeto de culto por los antiguos mayas, en la isla de Cozumel, desde antes de la llegada de los españoles a Yucatán.
Desde mediados del Siglo XIX, existía el debate si esta cruz era anterior o posterior a la llegada de los españoles. Pero, ¿qué dicen los documentos históricos? Se presenta en forma cronológica de acuerdo a los tiempos en que salieron a la luz las publicaciones.
En “El Museo Yucateco (1841)” cuyo director y promotor fue D. Justo Sierra O’Reilly, aparece la siguiente nota:
Cruzes de Cozumel (Sic.)
Cuando se cerraron las casa de los frailes franciscanos, en el año de 1820, el padre D. Vicente Velázquez, consiguió conservar una cruz de piedra con un relevado crucifijo, removiéndola del lugar en que se encontraba, que era sobre un hermoso pedestal en el patio del convento grande de Mérida, y llevándola a la sacristía de la ermita de S. Juan Bautista de que era capellán.
La cruz será del grueso de una sesma por cada parte de los cuatro lados, y como una vara de largo, y se echa de ver estar su longitud quebrada, y faltare algún pedazo. Tiene sacado de relieve en la misma piedra, una figura de un santo crucifijo, como de media vara de largo. Entiéndase haber sido una de las que con el tiempo de la infidelidad de los indios, se hallaban en la isla de Cozumel.
Había muchos años que estaba en lo superior de la iglesia… Cayóse con algún temporal, y le bajaron a la iglesia, donde algún tiempo la vimos arrimada al pie del altar de la capilla del capitán Alonzo Carrio de Valdez, con poca decencia.
Se instala la cruz en un mejor lugar
Habiendo sido electo provincial el R. P. Fr. Juan Antonio Ramires, por decirse lo que se decía de esta santa cruz, y colocarla más decentemente, hizo labrar un asiento de piedra de sillería, y sobre él, algunas gradas, en medio una columna de altura competente, en cuyo remate hizo fijar el de la cruz, quedando derecha, y la efigie del Santo Cristo a la parte oriental, dorados remates de la cruz que son vistosos de preciosas molduras.
Por la voz común, así de religiosos como seculares, y por no afirmar cosa de que no hay total certidumbre, se puso a espaldas de ella un rótulo, que dice: Esta cruz se halló en Cozumel, sin tradición.
Habiendo sabido D. Eugenio de Alcántara (que murió beneficiado del partido de Hoctum, y fue de los ministros doctrineros, que mas lengua han sabido de estos indios, curiosísimo en averiguar antiguallas suyas, grande eclesiástico, y celosísimo de que fuesen verdaderos cristianos) que andaba yo ocupado en estos escritos, me dijo no una vez sola, que podría escribir con seguridad de su infidelidad, y que había años que se le llevó a Mérida, porque habiendo oido a muchos lo que se decía de ella, había hecho particular inquisición con indios muy viejos de por allá, y se lo habían afirmado así.
El dios Bacab, también había muerto crucificado…
Podía hacer dificultad la efigie del crucifijo que tiene, pero considerando lo que se ha dicho en este libro, que creían los indios que el hijo del dios, a quien llamaban Bacab, había muerto puesto en una cruz tendido de brazos, no parece tan difícil entender le tuviesen figurado, según el crédito de religión que tenían. La Cruz de Cozumel.
Vea también: Primera misa en Cozumel
De esta manera refiere nuestro historiador el hecho de la cruz, de que hablamos. Que las hubo en Cozumel antes de la venida de de los españoles nos parece un punto indubitable. Pero que esta sea una de ellas, no está perfectamente probado, aunque no faltan algunas razones que apoyen semejante creencia. Sea de esto lo que fuese, no podemos menos que ver un monumento curioso y de recuerdos antiguos, en la cruz de piedra que está arrimada en uno de los cuartos del capellán de S. Juan. A nuestro amigo el padre Aranda, que lo es actualmente de aquella ermita recomendamos el especial cuidado de conservarla, mientras que Dios mejora sus horas, y se consigue la formación de un museo de antigüedades yucatecas en, que seguramente tendrá su lugar preferente, esta célebre cruz de piedra.
El difunto Sr. Dean Dr. D. Luis Rodríguez Correa, uno de nuestros maestros de teologia en el seminario de Mérida, nos aseguró repetidas ocasiones que tenía mejores datos que el padre Cogolludo, para creer firmemente que la cruz del patio de S. Francisco (Nota Yucatán Ancestral: ubicada en la Ciudadela), era en realidad, de las encontradas en la isla de Cozumel. Advertiremos de paso, que el Sr. Correa era muy curioso, siempre andaba empeñando inquiriendo antiguallas del país, y a él debemos muchas de las noticias, que publicaremos en el MUSEO (YUCATECO).
Continúa aquí: Stephens y la cruz
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