Parte 3. Tenían prohibido los conductores establecer una conversación con los pasajeros más allá de lo necesario para sus funciones. Igualmente se les prohibía leer o distraerse con cualquier otra cosa que impidiera el adecuado cumplimiento de sus deberes. Los conductores tenían estrictamente prohibido fumar cuando el coche esté en movimiento. Lo podían hacer únicamente en los paraderos y fuera del vehículo. Estaba prohibido distraerse durante el viaje.
Comunicación entre el conductor y el retranquero o cochero
El conductor se comunicaba con el retranquero (el que controla los animales de arrastre) mediante el uso de un timbre. Lo hacían de la siguiente manera: un toque, parada. Dos toques, salida. Tres toques, parada inmediata, cuando estaba en movimiento y en cualquier lugar. Este último era para evitar un posible accidente.
Cuando el carro estaba transitando por una curva, los conductores no podían tocar parada, excepto cuando sea necesario para evitar un accidente, haciendo tres toques. Si el carro se detenía por la razón que fuera, el retranquero no podía reanudar la macha por sí solo. Siempre debe esperar el toque del conductor para reiniciar el movimiento.
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Era responsabilidad del conductor no dar el toque de salida, hasta que todos los pasajeros ya se encontraran seguros en el coche. Si el pasajero fuese una mujer o persona de edad muy avanzada, no podía dar el toque de salida hasta que estuviera sentada. Igualmente el conductor sólo debería dar el toque de salida, una vez que el pasajero que bajaba estaba ya totalmente fuera del vehículo.
Se prohibía a los conductores el consumo de bebidas embriagantes y frecuentar cantinas. Tenían prohibido distraerse durante el viaje.
El conductor en servicio únicamente podía salir del coche cuando estaba en el paradero, y no sin antes avisar al retranquero. Siempre debía estar al menos uno de ellos cuidando el carro. Si el retranquero se ausentaba momentáneamente, el conductor no debía salir del coche. La única forma en que un conductor podía dejar el vehículo, era cuando era necesario prestar auxilio a un coche descarrilado que estuviera cerca.
Los cruces del tranvía con las rieles del ferrocarril
Cuando el tranvía iba a cruzar en su paso las rieles del ferrocarril de vapor, el conductor debía hacer detener el carro al menos 10 metros antes de llegar al cruce. Debía bajarse del coche y caminar hasta la vía del ferrocarril. Debía verificar el área para ver que no hubiera algún obstáculo como piedras y otro objeto. Luego ver hacia ambas direcciones de la ruta del ferrocarril. Solamente al tener la absoluta seguridad de que ningún tren estaba viniendo, era cuando le daba la señal con la maño al retranquero para avanzar. Cuando el coche pasaba por la plancha del cruzamiento de vías, era cuando se subía nuevamente al vehículo en la plataforma trasera.
Cuando venía el ferrocarril de vapor
Si estuviera viniendo el tren de vapor, el conductor debía aguantarse hasta que ya había pasado, y era cuando le daba la señal al retranquero para avanzar. De no cumplir con lo anterior, el conductor era destituido inmediatamente, sin importar la causa.
No era necesaria la inspección de cruce mencionado antes, si en el lugar existía un guardavía con banderas o luces, normalmente puesto por la misma compañía de tranvías.
Con los cruces de vías de otras rutas de tranvía, ocurría algo similar. Los que transitaban de oriente a poniente, debían detener su coche unos metros antes del cruzamiento. Debía verificar si algún tranvía venía en ese sentido. Si era afirmativo, debía esperar a que pase. Si no venía el tranvía, podía entonces pasar. Esto se exceptuaba, en los cruces de la Plaza Mayor, otras plazas y lugares escampados, donde era fácil ver si venía algún carro en el otro sentido. Los coches que transitaban de norte a sur o viceversa, al pasar un cruce, tenían derecho de paso.
Vídeo: Mérida Yucatán años 1940s compilación escenas del centro histórico:
