Nota de Yucatán Ancestral:
Hace aproximadamente dos años y en los últimos días, se ha sabido que se demolieron o están demoliendo unas antiguas casas del Paseo de Montejo. Son casas que ya tenían varias décadas de existir, pero que fueron abandonadas, probablemente por problemas legales y presupuestales y que recientemente presentaron daños y los propietarios actuales decidieron acabar con ellas. (Modernicemos nuestros edificios 1922)
Posiblemente a esos edificios les faltaba poco tiempo para contar con la antigüedad necesaria para que sean sujetas de protección por las autoridades correspondientes.
Forma de pensar de la época
A continuación les presento la transcripción de una nota publicada en Mérida, en el diario «El Correo» el 4 de febrero de 1922, y está firmado por «Benigno». Todo parece indicar que hace 100 años, ésta era la forma de pensar respecto de los edificios viejos. Esta probablemente fue la causa que decenas de edificios antiguos que aparecen en viejas fotografías, hoy no existan, porque no fueran debidamente rescatados.
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El modernismo, de reemplazar lo viejo por lo nuevo. También, en esa época, quizás no se contaba con la tecnología adecuada para la restauración de esos viejos edificios.
Aún hoy, es un serio problema para las autoridades municipales y ciudadanos, el abandono y riesgo de derrumbe de varios edificios antiguos del Centro Histórico de Mérida.
A continuación, la transcripción de la nota:
Modernicemos nuestros edificios 1922; pues así lo exige nuestra Cultura y la Salud Pública
Es de pensar y con sobrada razón que nuestros edificios sean modernizados a semejanza de otros países que velan por la estética y no menos por la higienización completa de éstas, dando desde luego una verdadera garantía para la vida y salud de los pueblos.
En la ciudad de Mérida existen estos edificios ruinosos y peligrosos a la vez. Sin embargo, bajo estos techos viven familias con riesgo de ser aplastadas con los escombros de los pesados techos, llenos de goteras, con puertas bajas, faltos de luz, de aire y de agua, o mejor dicho, son unas verdaderas cuevas y no habitaciones de gentes.
Los inquilinos sin embargo, ocupan estos lugares de muerte, los desheredados de la fortuna a esos que componen el sufrido pueblo.
Allí en esos lugares se tronchan más de una flor desfalleciente y triste allí se pierde esa lozanía que se llama la salud pública; esa salud que da la vida y vigor a los pueblos. Los edificios modernos son más apreciados que las de fea construcción.
Las casas centenarias deben desaparecer lo más pronto posible
Pues es natural y lógico que sean apreciados, yo opino que las casas centenarias deben desaparecer lo más pronto posible, que sean demolidas con el pico del alarife. Estos edificios son causas de bochornos a la sociedad presente, pues aspiran otra vida más halagadora por eso los edificios que amenazan ruinas deben desaparecer lo más pronto posible. Se deberá aplicar fuertes contribuciones a los que no quieran reformar sus edificios poniéndolos a la altura como exige nuestra Cultura, mientras tanto esas casas que vengo indicando no sean habitadas sin la previa aprobación de las autoridades sanitarias etc. y hará esto, nómbrese una Comisión competente para que visite estas casas que menciono; seguramente que encontrará muchísimas en mal estado. Así la salud pública será garantizada en lo sucesivo.
Si se tolerará mas tiempo este mal apuntado, este pueblo está perdido.
Mientras tanto modernicemos nuestros edificios 1922 pues así lo exigen nuestra cultura y civilización pues la salud pública está antes que el oro de Creso éste desprecia pero la vindicta pública señala el derrotero que debe llevar la sociedad. (REM) Benigno.
Hasta aquí la transcripción de la nota publicada el 4 de febrero de 1922, hace 100 años, y que refleja la forma de pensar de la época.