Los Tranvías – El Telegrama 1899
Con verdadera satisfacción hacemos presente que la Empresa de Tranvías considerando justas las observaciones que hiciéramos en diversos números de nuestro periódico, está componiendo varios trayectos, uno de los cuales hemos visto y es el que cita entre la esquina del Palacio de Justicia y la conocida con el nombre del Negro. Boletos del tranvía sin descuento.
Vista la buena voluntad de aquella empresa, toca ahora al H. Ayuntamiento mandar a componer la parte que le corresponde para no ocasionar perjuicios a la empresa referida, pues sí así lo hiciere, es indudable que pronto quedarían destruidas las composturas que se están llevando a cabo, atendiendo a que los coches montan sobre la vía y desgranan, porque los conductores no pueden transitar ya por los fangos, ya por las hondonadas que existen en parte que corresponde a la H. Corporación municipal.
Inconformidad por las boletas de pasaje
Nos parece tan oportuno hacer de nuevo una súplica a favor de público por cuyos intereses vela constantemente la prensa independiente. Manifestando al apreciable amigo D. Mauricio Ayuso las molestias que ocasiona la emisión de aquella especie de timbres que dan una idea de desconfianza y que no agradan en lo absoluto al pueblo que paga y sostiene aquella importante empresa. Justo es que se remedie buscando cualesquiera otra combinación que dé el resultado que se propusieron los administradores de la empresa, sin que tengan que ver nada con los pasajeros.
Vea también: La iglesia de Tabi en Sotuta
Boletos del tranvía sin descuento
En cuanto al expendio de boletos no ha sido acertada la medida de venderlos al mismo precio del pasaje personal que paga todo el que sube a sus carros. Antes, por cien boletos juntos que se comprasen había un regular descuento, ahora nada. Boletos del tranvía sin descuento. ¿Y para que se anuncia la venta de boletos, que beneficio saca el que los compra juntos?
Más, hemos notado que cuando hay algún servicio extraordinario, el mismo carro que sirve al público se destina a aquel, suspendiéndose la carrera a que el público tiene indiscutible derecho, esto no es siempre, justo es confesarlo, pero también es verdad que sucede de cuando en cuando y esto no está en el orden y buen servicio a que debe sujetarse la organización del ferrocarril urbano.
Sin embargo, se notan en aquella empresa, compuesta de muy distinguidas personas, los mejores deseos de hacer reformas y reparaciones que redunden en beneficio del público. Si el H. Ayuntamiento por su parte coadyuva en este propósito, tendremos por resultado un servicio bastante regular y aún tal vez la vigencia de la antigua tarifa (dos centavos valor de pasaje de un extremo a otro de la ciudad, tomando por centro la Plaza de la Independencia).
Por ningún motivo debe suspenderse el movimiento de los carros en ningún día del año, ni mucho menos cambiar las horas de salida hasta aquí fijadas, porque el pueblo está ya acostumbrado a servirse de este medio de transporte para sus negocios diarios y justo es complacerlo sin averiguar si son Tirios o Troyanos.
El Telegrama 1899