Campeche cuyo muelle fue la principal puerta
Para referirnos a la actividad comercial de Yucatán debemos hacer mención especial de la ciudad de Campeche cuyo muelle fue la principal puerta de entrada y salida de mercancías para toda la Península.
Aunque la costa era muy extensa y había puertos, los que desde los primeros años de la dominación española se destinaron a la importación y exportación fueron Campeche, Salamanca de Bacalar y Sisal, y en menor escala Champotón, Río Lagartos y Santa Clara.
Sin embargo, pronto Bacalar redujo su población y con ello su importancia comercial, además de que sólo podían llegar a su puerto embarcaciones de poco calado, útiles para llevar cacao desde Honduras; en cuanto a Sisal, las malas condiciones del puerto y de los caminos que conducían a Mérida hicieron inadecuado el tránsito de mercancías, además de que Sisal no contaba con posibilidades defensivas en caso de ser atacada por los piratas, pues «sólo un vigía guardaba la torre».
El puerto de Lagartos comerciaba con Honduras y Cuba de donde venían navíos cargados de vinos y otras mercancías y retornaban a los lugares de procedencia cargados de sal.
En la segunda mitad del siglo XVIII, época de apogeo comercial
La época de mayor apogeo para el puerto de Campeche fue especialmente la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX; era allí donde convergía el tráfico comercial que daba vida a la economía yucateca.
Debemos recordar, que durante los siglos anteriores las costas campechanas sufrieron frecuentes ataques piratas; luego la importancia mercantil de Campeche decae hacia la segunda mitad del siglo XIX, por la renovación y apertura del puerto de Sisal en 1811, y posteriormente la de otros puertos de la Península, además de la crisis política y económica que padeció en los primeros años del México Independiente.
Ya desde la época inmediata a la conquista los campechanos se habían dedicado a la construcción naval, creando un astillero que lograron emplazar en el Golfo de México y en donde construyeron fragatas de mediano porte y otras fragatas de guerra para la marina española, alcanzando grandes progresos desde el siglo XVII que hacían sus embarcaciones pudieran competir con las mejores de España y Cuba.
Utilizaba para ello las abundantes y resistentes maderas de sus bosques, en tanto que tenía que importar la brea y el alquitrán que necesitaba y que ordinariamente compraba a Nueva Orleans. Parte de la población campchana se dedicaba a oficios varios ligados a la marina, en 1811 daba ocupación a cerca de doscientos trabajadores carpinteros, calafateros y herreros y su flota contaba con casi 400 navíos, lo que la hacía una de las mayores de la costa mexicana, en tanto que eran dos mil doscientos setenta y siete individuos que trabajaban en la maestranza y matrícula mercante campechana.
De: La Península de Yucatán en el Archivo General de la Nación
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