Las Calles de Mérida 1890

Estuve leyendo «Breves apuntes sobre el ESTADO SANITARIO de la Ciudad de Mérida«, del Dr. Pastor Rejón R. presentado en 1890. El terrible estado de las Calles de Mérida 1890. Ahí se puede tener una idea clara de cual era la situación de la higiene y sanidad en la ciudad de finales del Siglo XIX.

La verdad, se lee terrible. En época de secas, fuertes oleadas de polvo contaminado, como describí en «Así olía Mérida en los 1880» y «La costumbre de regar la calle«. En épocas de lluvias, la ciudad se volvía un «extenso pantano«, con la misma tierra contaminada.

   

Carecían de declive

Resulta que en esa época, los límites o la periferia de la ciudad, el nivel del piso estaba ligeramente por arriba del mero centro. Esto es, las polvorientas calles no tenían declive alguno, y el agua de las lluvias se concentraba. Esa agua, atrapada y mezclada con la tierra contaminada, por efecto del sol y el calor, se podría y generaba emanaciones que ocasionaban enfermedades.

Por otro lado, se menciona que el establecimiento de la red de tranvías, había afectado severamente la nivelación de las calles. Esto había ocasionado que las «corrientes de agua» de las lluvias se interrumpieran, ocasionando charcos y lodazales.

   

Calles basurero

Ahí mismo se afirmaba que muchas de las «calles estaban convertidos en extensos basureros». Varias de ellas «en los alrededores de la ex-ciudadela de San Benito«. Había la costumbre, que aún permanece, de que las fondas arrojen su agua sucia a las calles. De hecho hoy 2024, se puede ver en las cercanías de los mercados, partes donde se acumula el agua podrida.

Se creía que esa contaminación creaba fuentes de contagio de enfermedades como la fiebre tifoidea. El terrible estado de las Calles de Mérida 1890.

Así olía Mérida en los 1880
Las Calles de Mérida 1890
La antigua calle «El Cabo Piña» o «Callejón del Congreso», hoy 57-A entre 58 y 60

Es este reporte de hace ya 134 años, menciona que ha habían sitios específicos, alejados de las viviendas, para arrojar sus inmundicias. Pero lo vecinos preferían tirarlas en las céntricas calles. Como vimos en «Así olía Mérida en los 1880«, una calle era «El Cabo Piña» o «Callejón del Congreso«, hoy la 57-A entre 58 y 60.

   

Animales muertos

Esto es increíble: también en las calles abundaban los cadáveres de animales muertos, en descomposición y mal olientes. Que los restos eran triturados por el paso de los carruajes. Reporta que el 26 de diciembre de 1889, se había arrojado en el «parque central», entiendo la actual «Plaza Grande«, el cadáver de un zopilote, mismo que permaneció «más de una semana». Además, que a los pocos días, sumaron un segundo zopilote muerto.

Que en el transcurso de sólo 15 días, se había reportado la aparición en las calles, de numerosos animales muertos, entre ellos un marrano frente a al molino de los Sres. Suárez y Ca. También, sin especificar claramente, otro animal apareció detrás del paredón de las Monjas y otro más en la esquina de «La Cruz Verde» en la 64 por 65.

   

Aguas negras

Este interesante reporte menciona acerca de cómo se trataban los residuos fecales de las casas. Las materias fecales eran recogidas en fosas por lo general carecía de tapa. Y daba dos ejemplos dónde se podía observar lo anterior. La primera fosa que correspondía era nada más ni nada menos que a la Catedral. Otra correspondía al palacio de Justicia, de esa época.

Las Calles de Mérida 1890
Imagen de referencia.

Propuestas para mejorar la situación

Por último, se estaba proponiendo como una solución, el adoquinamiento de las calles. Se propuso que las calles adoquinadas tuvieran cierta inclinación y que concentrara el agua pluvial en las esquinas, donde debían construirse pozos de absorción. El terrible estado de las Calles de Mérida 1890. Esto se empezó a hacer hasta inicios de los 1900. El proyecto de los pozos absorbentes era de un amigo del Dr. Rejón, el Dr. D. Juan de la C. Monforte.

   

Han pasado más de 130 años de publicado este reporte. Aún hay casos de suciedad, principalmente en las zonas aledañas e interiores de los mercados. Otro de ellos es el Bazar García Rejón y su estacionamiento subterráneo.

Actualmente ya no son problema los animales muertos. A través de reportes telefónicos al Ayuntamiento, son recogidos, incinerados y desechados conforme a los estándares vigentes. Pero a través de este reporte, podemos tener una idea de lo difícil que era vivir en esas épocas.

Mérida, Yucatán a 2 de mayo de 2024.
CP Humberto Sánchez Baquedano

MÉRIDA y el interior del estado en los 1960:

MÉRIDA Antigua parte 1 – esquina El Elefante: