El hábito de regar la calle

En mis lecturas de publicaciones antiguas, encontré en La Emulación, de 1877, un interesante texto donde se menciona la obligación de la población, a humedecer la polvorienta calle del frente de su casa. ¿De dónde viene el hábito de regar la calle?

El hábito de regar la calle
Imagen de referencia.
   

Resulta que en esa época, el Reglamento de Policía imponía multas a las familias que no regaran la calle del frente de sus domicilios. Pero, ¿por qué?

Vea también: Las calles de Mérida 1890

La Alameda de Mérida
El hábito de regar la calle
Calles de tierra enlodadas.

Calles de tierra

Hay que recordar que para ese tiempo, las calles eran de tierra. No estaban pavimentadas, ni con ladrillos, ni cemento o chapopote. Era vil tierra. Y como ya he comentado en la nota «El riego calles de Mérida 1878» , las calles de tierra contenían contaminantes que enfermaban a la población.

   
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Calles de polvo

Obligación de los vecinos

Como medida para disminuir las enfermedades, era evitar que ese polvo volara por efecto del viento. Para eso, se estableció la obligatoriedad a los vecinos de regar las calles para que el polvo no volara. A mojar el frente su casa.

En la publicación de 1877, se afirma que en esa época, se respiraban «terribles oleadas» de polvo las 24 horas de día.

Ahí mismo se propuso que se contratara el servicio de regado de calles en toda la ciudad. Esto, entiendo, a cargo de la autoridad municipal, para que fuera parejo en todas las calles.

   

Hoy es mal vista

Ahora en 2024 esta costumbre es muy mal vista, debido a la fuerte sequía que vivimos a causa del calentamiento global. ¿De dónde viene el hábito de regar la calle? Se considera un total desperdicio del vital líquido. Aún así, a pesar de ya haber pasado casi 150 años, de haber mejorado radicalmente la sanidad en la ciudad, la costumbre permanece, principalmente entre los adultos mayores. Pero así lo hicieron sus abuelos.

Mérida, Yucatán a 1° de mayo de 2024
C.P. Humberto Sánchez Baquedano

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