Hacienda Petectunich, municipio de Acanceh, Yucatán

Hacienda Petectunich, municipio de Acanceh, Yucatán

Las haciendas fueron el primer peldaño para el establecimiento de la civilización europea en Yucatán. Hacienda Petectunich, municipio de Acanceh, Yucatán. A pesar de sus defectos sociales y de un modo especial de explotación del indígena, las haciendas hicieron posible la incorporación del maya a nuestra cultura, pues de aquellas pasó al pueblo, y del pueblo a la ciudad.

Hacienda Petectunich, municipio de Acanceh, Yucatán
Fotografía de Don José Díaz-Bolio de la Hacienda Petectunich en 1962, donde ya mostraba deterioro, motivo de este escrito publicado en el Diario de Yucatán en Octubre de 1962

Yucatán en los Ojos
Don José Díaz Bolio
Diario de Yucatán -Octubre-1962




En una geografía árida y pétrea planicie como lo es Yucatán, cada hacienda representó un paso adelante contra el monte y la selva, como también lo fueron las antiguas ciudades como las haciendas, forman parte del pasado; de donde tenemos ya una nueva arqueología (la de las fincas rústicas de Yucatán), al lado de la maya representada por Uxmal, Chichén y otras ciudades.

Hacienda Petectunich, municipio de Acanceh, Yucatán
Fotografía tomada en marzo de 2018. Se observa que está en restauración, pero el deterioro es mayor al observado en la fotografía en blanco y negro de 1962

Considerando la naturaleza casi desértica de nuestra Península Yucateca, el conservar los núcleos de trabajo y civilización y sostenerse firme en los avances contra la selva y el monte, debería ser un objetivo político, social y económico. Cada hacienda debió convertirse en centro agrícola e industrial, con escuela, taller de cordelería y diversos artefactos de henequén, clínica, biblioteca, gimnasio y campo deportivo. Para ello, las magníficas casas principales de las haciendas pudieron haber servido de núcleo central. Son casas excelentes, de sólida construcción que difícilmente podrán ser suplidas por otras iguales.



La hacienda Petectunich, abandonada como muchas otras

Viajando por el campo de Yucatán, hemos visto la ruina de una hacienda abandonada hace no menos cien años. Contemplando sus macizos muros, su profunda noria y su triste estado actual, hemos pensado que dentro de otros cien años, habrá centenares más de cosas así. Las viejas se están convirtiendo en ruinas, los muros se están cuarteando, los techos, hundiéndose y, donde hubo vida y prosperidad, hoy sólo queda polvo, miseria y tristeza cerca de las chozas de los indios, que están en iguales o peores condiciones aún.



Yucatán es un pequeño país libre de temblores, inundaciones y huracanes devastadores. Con excepción de la Guerra de Castas, ha vivido al margen de fenómenos desastrosos. Sin embargo, lo que no dio la mano de la Naturaleza, se lo dio la del hombre: ciclón de la ruina por medio de una reforma agraria llevada a cabo con criminal irresponsabilidad.

JOSÉ DIAZ-BOLIO
Octubre de 1962



Iglesia de la Hacienda Petectunich, Acanceh, Yucatán, México
Iglesia de la Hacienda Petectunich, Acanceh, Yucatán

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