Tiro de Fantoches
En este juego, se trata de tirar o al menos voltear a alguno de los muñecos o fantoches, los cuales tienen un número. Ese número es el que le corresponde al premio para el ganador. Los Recreos de Itzimná IV.
El objetivo de este juego es acostumbrar a los niños a cazar pájaros o pequeños animales, sin usar armas de fuego. Se han dado casos de muchachos que luego de practicar este juego con frecuencia, con piedras han matado palomas y conejos para un almuerzo, resultándole económico para la familia y entretenido y honroso para él. Se dice que con 6 meses de práctica, un niño está apto para matar a media noche a un murciélago volando. ¿Habrá sido cierto? (me pregunto hoy 2020)
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El medidor de la fuerza
Este juego es usado para medir la fuerza de cada uno de los caballeros que se atrevían a participar. No era tanto por diversión.
Consiste en un botón puesto en el piso y una vara vertical en la parte posterior, con una escala, y una campana en el extremo superior. El participante, con un mazo, tenía que golpear el botón y dependiendo de la fuerza aplicada, un fierro es impactado y sube a través de la vara, marcando el nivel de potencia. Los Recreos de Itzimná IV. Si era muy fuerte, el fierro golpea la campana, indicando a los espectadores que había aplicado una fuerza superior, y estaba triunfando un nuevo Hércules, quienes con el aplauso premiaban al caballero fortachón.
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Cochecitos tirados por chivos
Para los más pequeños de la familia, infantes de cuatro o cinco años. Les permite ver a esos niños a un chivo vivo, de carne y hueso, con sus largas barbas y empinados cuernos. Sentados en un cochecito con suaves almohadas, los pequeños dan un breve paseo en el que reirán y saludarán a sus niñeras. Es una sección especial que la Compañía de Tranvías de Mérida, para que ellos se diviertan de manera adecuada y segura. Los cochecitos tirados por chivos estarán bajo estrecha vigilancia de personas capacitadas para tal efecto.
La empresa misma advierte que: no se responsabiliza de que los niños, una vez terminado el paseo y encantados por el momentáneo viaje, se enterquen en no bajar del coche y quieran seguir dando vueltas.
En Nueva York, Central Park
En Central Park en Nueva York, existe un juego similar, que está disponible todas las tardes y resulta ser de lo más divertido. Las niñeras con sus blancas cofias y las madres con su aire cariñoso hablan con los encargados de los cochecillos, sobre la preferencia que se debe dar a los bebés, que con sus gritos y pataleos, exigen que se les deposite en los diminutos vehículos.
Y algunos abuelos, respetables, con sus sombreros de copa y sus largas leontinas, se enfrascan en acaloradas discusiones sobre la preferencia que se le ha dado a otro niño ajeno sobre el propio diablillo que grita como becerro descarriado por no encontrarse lugar para él en ese momento.
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La idea de Los Recreos de Itzimná, es reproducir aquí en Mérida, esa misma experiencia que pueden disfrutar los habitantes y visitantes al Parque Central en Nueva York. La empresa se compromete a ser más cuidadosos con los niños de aquí que los de allá, debido a que los niños yucatecos gritan y patean menos fuerte que los americanos, porque esos son unos niños enormes.
De: Redacción y resumen efectuado por Humberto Sánchez Baquedano, basado en: «Guía y Explicación de los juegos de Los Recreos de Itzimná» de 1893. Compañía de Tranvías de Mérida, Sociedad Anónima.
Continúa aquí: LOS RECREOS DE ITZIMNÁ V