Hace algunas semanas vi un interesante documental acerca de la construcción de lo que fue el primer sistema de transporte “metro” de la ciudad de Nueva York, en los Estados Unidos. Desgraciadamente no lo volví a encontrar para tomar la referencia.
En Nueva York
Ahí se mencionaba que las polvorientas calles céntricas de la ciudad de Nueva York, estaban saturadas del tráfico de carretas, carruajes, tranvías y diligencias, todas de tracción animal.
Eran miles los animales que pasaban ahí. Obviamente no contaminaban con dióxido de carbono como los automóviles de combustión. Contaminaban con los desechos propios de todo ser vivo: en pocas palabras, heces fecales de los animales.
Aún eran pocas las calles que tenían algún tipo de pavimento. La gran mayoría eran de tierra. La lluvia, el sol y el viento se encargaban de diseminar la contaminación, que ocasionaba todo tipo de enfermedades.
¿Y en Mérida?
Hasta el momento, no he encontrado algún escrito que mencione alguna situación similar para la ciudad de Mérida en esas mismas épocas. Pero no es difícil suponer que la situación haya sido similar.
Olvídese por un momento de cualquier vehículo de combustión. Imagínese el Centro Histórico de Mérida ahí por los años 1880. La red de tranvías existente era movida con mulitas. Las calesas, carruajes y diligencias, igualmente movidas con mulas o caballos. Cada vehículo con una o más bestias de arrastre.
Para esas épocas, la sanidad no había llegado del todo a Mérida. Todos los desechos aún se vertían en las calles y patios. Habían también animales muertos en las calles, pero supongamos que fueran pocos. Pero nadie los recogía, ahí se descomponían.
Referencia
Encontré una nota interesante en «La Emulación«, Tomo III, de 1877 publicado en Mérida. Hace mención que la higiene en la ciudad de Mérida estaba muy descuidada. Como ejemplo citaba la «Calle del Cabo Piña» (antes Callejón del Congreso) así lo cita la nota, hoy la calle 57-A entre 58 y 60. Así olía Mérida en los 1880. Ahí se afirma que en esa época, en ese lugar se pudrían ahí animales muertos, que iban desde perros, gatos, gallinas, etc. Esto generaba muy malos olores, que los vecinos y transeúntes inhalaban.
Entonces, haciendo una similitud de lo visto en el documental con lo que posiblemente sucedía en nuestra ciudad en esa época, no dudo que fuera muy parecido en ese aspecto.
Malos olores
Las calles muy probablemente también estaban llenas de excremento de esos animales de carga y arrastre. Que aquí, con el fuerte sol y viento, y su paso encima de otros vehículos, se convertía en polvo que volaba por los aires. La ciudad, como cualquier otra de esa época, con niveles similares de tráfico animal, debió oler mal.
Vea también: El riego de calles en Mérida 1878
Pero por lo general, las personas nos adaptamos. Después de un tiempo de estar así, ya no se debe sentirse tanto, se empieza tolerar el mal olor.
Primeras medidas
Las autoridades municipales y estatales que implementaron las primeras medidas de sanidad, como la pavimentación de calles y canalización de aguas pluviales o drenaje, la distribución de agua potable, el establecimiento del mercado, etc., permitió mejorar el ambiente propio de la ciudad. Así olía Mérida en los 1880. Fueron los primeros pasos para una ciudad más limpia. Pero este proceso llevó varias décadas.
Mérida, Yucatán a 1° de Mayo de 2024
C.P. Humberto Sánchez Baquedano