Tragedia frente a Uaymitún 1934

A continuación le presento la transcripción de las notas periodísticas de Diario del Sureste de septiembre de 1934. Se trata de un incendio y explosión en un yate de recreo de importante personaje, ocurrido frente a las costas de Uaymitún, Yucatán hace ya 90 años. Tragedia frente a Uaymitún 1934. Afortunadamente solo hubo pérdidas materiales.

Tragedia frente a Uaymitún 1934

Envuelto en llamas se hundió ayer frente a Uaymitún el yate de don Avelino Montes Linaje. El conocido banquero, sus hijos Fernando y Josefina, seis pasajeros más y dos tripulantes en peligro de perecer. La serenidad del patrón del yate evitó una catástrofe. A bordo del bote de remolque recogió a los náufragos. Apenas alejados del buque, sobrevino la terrible explosión. Al derramarse la gasolina de los tanques, el lujoso yate se consumió totalmente, hundiéndose el casco poco después. Plausible actitud de las autoridades marítimas y federales de Progreso.

   

Se prendieron las alarmas en Chicxulub

PROGRESO Yucatán, septiembre 16 de 1934. Fue a las trece horas del 16 de septiembre de 1934, cuando la ciudad (de Progreso) se alarmó con una noticia: frente a Uaymitún estaba ardiendo una embarcación. Tragedia frente a Uaymitún 1934. Fue don Jesús Durazzo, Comandante del Resguardo, el primero en recibir dicha noticia, cuando Octavio Dávila Silva, celador de vigilancia en Chicxulub, rindió lacónico parte.

Encabezado de programación de la estación de radio XEFC de 1935
Encabezado de programación de la estación de radio XEFC de 1935

Instantes después el Celador Dávila Silva comunicó verbalmente al Capitán de Puerto, don Antonio M. Garcini, que una hora antes, poco más o menos, se había dado cuenta de que frente a Uaymitún estaba ardiendo un barco. Que por la distancia a que aquél se encontraba no pudo precisar de cuál se trataba. Añadió que al darse cuenta del siniestro, solicitó inmediatamente el auxilio de los motores nacionales «Alberto» y «Marucha» fondeados frente a dicho puerto. Pero que la primera de las dos embarcaciones no pudo prestar el auxilio que urgentemente se solicitaba de ella, por carecer en aquel momento del personal necesario. Únicamente tenía a bordo a los marineros de guardia.

   

La segunda tampoco pudo salir a prestar el auxilio requerido, en virtud de que no funcionaban sus motores. A todo esto y como la humareda se hiciera cada vez más intensa en el barco que frente a Uaymitún amenazaba consumirse, salió violentamente en un automóvil para rendir el parte al Comandante Durazzo y para referir todo cuanto había hecho, al Capitán de Puerto, don Antonio M. Garcini.

Anuncio de Coca-Cola de 1930
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LAS PRIMERAS PROVIDENCIAS

Enterado de lo que acontecía, el Capitán Garcini ordenó que diera presión a sus calderas el remolcador ‘Eureka». El capitán de esta embarcación, don Ernesto Batista Pérez, cumplimentó las ordenes del Capitán Garcini, y a las violentas llamadas de su silbato reunió a la tripulación del barco a sus órdenes, que quedo listo para zarpar a la primera orden.

   

SALE PARA CHICXULUB EL CAPITAN GARCINI

Entretanto, en un automóvil, salió para el puerto de Chicxulub el Capitán Garcini, acompañado de los oficiales de la Capitanía del Puerto, José Miguel Ortiz Lliteras, Ernesto Palma, Gustavo Escalante y Octavio Dávila Silva. Acompañó también al Capitán Garcini el señor Manuel Mier y Terán.

Anuncio de 1931 de la tienda W. M. James
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LOS NAUFRAGOS: DON AVELINO MONTES Y SU FAMILIA

Al llegar a Chicxulub se encontraron el Capitán Garcini y sus acompañantes con que, afortunadamente, los pasajeros del barco incendiado, que resultó ser nada menos el yate de recreo del banquero don Avelino Montes Linaje, estaban ya a salvo.

Tragedia frente a Uaymitún 1934
D. Avelino Montes Linaje.
   

COMO ACONTECIÓ LA CATÁSTROFE

A bordo del «María», el que fuera lujoso yate de recreo del distinguido financiero don Avelino Montes, salieron a la hora del mediodía el conocido hombre de negocios y varios amigos y miembros de su familia, con el objeto de disfrutar de un paseo en el pintoresco Uaymitún. Pasados algunos minutos después de las doce horas y cuando el experto patrón del yate, don Gregorio Rivero, trataba de encontrar el punto más adecuado para fondear, y luego bajar a la playa por medio del bote de remolque del propio yate. Tragedia frente a Uaymitún 1934. Mientras charlaban bajo la toldilla don Avelino Montes sus hijos Fernando y Josefina y una señorita de apellido Cámara (Piedad Cámara Laviada), se escuchó de pronto una formidable detonación que levantó parte del toldo de la nave.

Anuncio de la medicina Roberina de 1936
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A más de las cuatro personas nombradas, iban cinco pasajeros, invitados de los hijos de don Avelino, y dos tripulantes. Al escuchar el estallido, el Patrón del yate se dirigió violentamente al lugar en que los pasajeros esperaban el momento de desembarcar, fue lo bastante para evitar la confusión que desde el primer momento se apoderó de todos. Una gran llamarada se extendió de un lado a otro del barco. El señor Fernando Montes Molina, ayudando con gran presencia de ánimo al Patrón del yate en las obras de salvamento se quemó la ropa que llevaba, por lo que se lanzó al agua. En pos de él su hermana la señorita Josefina Montes Molina, («la tía Fina») y la señorita Cámara (Piedad Cámara Laviada), y luego todos los demás.

   

SE SALVAN TODOS EN EL BOTE DE REMOLQUE

Al ver que el yate estaba totalmente perdido y no había esperanza alguna de salvarlo, el Patrón Rivero desatracó el bote de remolque, dotado de un motor «Johnson» y le dió a andar. Recogió a todos los náufragos, ayudado por el señor (Fernando) Montes Molina y, maniobrando hábilmente, se alejó del barco incendiado.

Vea también: Agua Potable de Mérida: Mérida Yucatán Water Company

   

COMO SE HUNDIO EL LUJOSO YATE «MARIA»

Temerosos de que una explosión pusiera en peligro sus vidas, Rivero procuró alejarse más y más del yate incendiado. Ya estaba de él a algunas brazas cuando sobrevino una formidable explosión a bordo. Tragedia frente a Uaymitún 1934. La gasolina de los tanques bañó toda la obra muerta, lenguas de fuego consumieron el yate, y lo poco que no había sido devorado. Por el terrible elemento (fuego) se hundió para siempre en las azules aguas del Golfo.

Anuncio de 1932 de la medicina Roberina
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A una milla aproximadamente estaban del «María» cuando sobrevino la catástrofe que, de no sido por el bote de remolque y la pericia con que lo manejara Rivero, hubiera sido causa de una verdadera tragedia.

   

SALE DE NUEVO EL BOTE DE REMOLQUE

No tan pronto desembarcó el Patrón Rivero en las playas de Chicxulub al Sr. don Avelino Montes y a sus ocho acompañantes, salió de nuevo para el lugar del siniestro, a fin de determinarlo con exactitud, para prevenir alguna desgracia posterior a los barcos que trafican por ese rumbo. Hoy (17 de septiembre de 1934) a más tardar, será colocada la boya que indique el peligro.

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EN AUTOMOVILES PARA PROGRESO

En automóviles salieron los náufragos para este puerto. El señor Fernando Montes Molina, que presenta una herida en el costado derecho de regular tamaño, está siendo atendido, lo mismo que los demás pasajeros que sufrieron ligeras quemaduras, en la residencia veraniega que don Avelino posee en Yaxactún. Los atienden los doctores don Román Sabas Flores y don Ignacio Peón.

   

COMPLEMENTARIAS

El Capitán Garcini ha iniciado ya las más activas investigaciones para tratar de descubrir el origen del siniestro, que se supone hubierase sido causado por un corto circuito.

Tanto el señor Jesús Durazzo Comandante del Resguardo con los señores Capitanes Antonio M. Garcini y Ernesto Batista así como el general Arturo L. Alatorre Blanco, Jefe de la Guarnición, ofrecieron su más decidida cooperación tan pronto como supieron la primera noticia del siniestro.

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El yate «María», de la propiedad de don Avelino Montes Linaje, era de un porte de 18 toneladas. Estaba provisto de motores de 180 H.P. y desarrollaba un andar de 18 millas por hora.

Las declaraciones rendidas por el señor Avelino Montes, la señorita Cámara Laviada y demás pasajeros del yate «María» ponen de manifiesto la veraz información del DIARIO DEL SURESTE.

   

LAS DILIGENCIAS ACERCA DEL SIBIESTRO DEL YATE «MARÍA»

La Capitanía de Puerto continúa practicando las diligencias relativas para conocer el origen del siniestro ocurrido al yate «María» que envuelto por las llamas, se hundió el domingo (16 de septiembre de 1934) anterior frente al puerto de Uaymitún. Tragedia frente a Uaymitún 1934. Hoy rindieron sus declaraciones el señor Avelino Montes y las señoritas Piedad Cámara Laviada, Josefina Montes Molina y María Rivero Rivas, las que confirman en todas sus partes la veraz información que publicamos el lunes.

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Hasta aquí la transcripción de la nota periodística publicada por el Diario del Sureste los días 16 y 17 de septiembre de 1934, esto es, hace hoy 90 años.

   

¿Quién fue D. Avelino Montes Linaje?

Fue un hacendado henequenero, administrador bancario y empresario nacido en Cantabria, España en 1868. Llegó a Mérida en 1886. En 1890 contrajo matrimonio con Dña. María Molina Figueroa, hija del ex-gobernador de Yucatán D. Olegario Molina Solís, de quien enviudó en 1932. Tuvieron siete hijos, entre ellos los mencionados en la nota principal, Fernando y Josefina. De acuerdo a lo anterior, para el momento del siniestro, su esposa ya había fallecido y él tenía 66 años de edad.

Tragedia frente a Uaymitún 1934 Avelino Montes Linaje

Fue consejero del Banco Yucateco. Representó a su familia política en el Consejo de los Ferrocarriles de Yucatán. Fue presidente del Sindicato de Henequeneros de Yucatán. Quedó a cargo de la empresa controladora de los negocios de D. Olegario denominada «Avelino Montes, S. en C.«, misma que controlaba los precios de exportación del henequén, eso durante el auge del henequén en Yucatán. En 1915 a raíz de la llegada del Gral. Salvador Alvarado Rubio, él y otros empresarios y sus familias se exiliaron en Cuba. Algunos años después, cuando se «tranquilizaron las aguas», regresó a Mérida. Falleció en Mérida en 1956.

Con información del Diario del Sureste, laquintamm.com y colegioavelino.edu.mx

Mérida, Yucatán a 14 de noviembre de 2024
CP Humberto Sánchez Baquedano

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