Viaje en vapor Veracruz a Progreso

A continuación le presento un relato centenario, de un viaje en vapor desde la ciudad Veracruz a Mérida, entrando por Progreso. Viaje en vapor Veracruz a Progreso.

Se trata de un viejo libro de texto de enseñanza de la lengua inglesa. El texto original está en inglés y está acompañado de antiguas fotografías muy interesantes. Efectué la traducción y corrección de dicho texto, que leerá a continuación.

La fortaleza de San Juan de Ulúa, Veracruz

El libro tiene fecha de edición de 1943 en México, en su cuarta edición, pero el prólogo está fechado en 1922 en Nueva York. Su título: Método de Inglés por J. Hamilton. De acuerdo a información incluida en él, estaba dirigido a la enseñanza del idioma inglés en escuelas comerciales y preparatorias.

   

El texto completo es un viaje desde Ciudad de México hasta Nueva York. Inicia el relato en la Ciudad de México, un viaje en tren, pasando frente al Pico de Orizaba, hasta llegar a la ciudad de Veracruz. Pero nos vamos a enfocar a continuación, en el relato del viaje desde Veracruz a Mérida. Llega al puerto de Progreso, visitan Mérida, y vuelven a embarcar para llegar a La Habana, y luego el destino final Nueva York.

A BORDO. PARTIDA PARA PROGRESO Y LA HABANA

PRIMER DÍA.

Aquí estamos en nuestro vapor, que nos llevará a Nueva York.

   

Qué maravilloso es un barco de vapor. Es verdaderamente un palacio flotante. Caminamos y echamos un buen vistazo a nuestro barco. Es espaciosa y cómoda, y está construida casi en su totalidad de acero.

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Tiene tantos pisos y habitaciones como un gran hotel: hay salones, vestíbulos, fumadores, salas de lectura, comedores, cocinas, dormitorios, baños. También tiene amplias cubiertas de paseo y, en una palabra, todas las comodidades. La maquinaria ocupa la mitad de los pisos inferiores.

Viaje en vapor Veracruz a Progreso
Interior del «Salón Colonna» del vapor «Conte di Savoia», línea de vapores italianos.

Los camarotes (o cabinas) tienen, por regla general, dos literas cada uno, es decir, dos camas estrechas colocadas contra la pared, una encima de la otra. También hay en cada camarote un sofá, un lavabo con espejo y varios ganchos para la ropa; está iluminado con electricidad y tiene un botón de timbre eléctrico para llamar al mayordomo.

   

¡Pero escucha! ¡El silbato está sonando! Los motores comienzan funcionar. ¡Estamos empezando! Subamos a cubierta.

¡Adiós, bellas costas mexicanas! ¡Adiós, soleada ciudad de Veracruz!
Muchos pasajeros agitan sus pañuelos a sus amigos y familiares en el muelle, y mientras nuestro barco se aleja lentamente del puerto y la ciudad parece hundirse en las aguas cristalinas, cada uno de nosotros guarda silencio y piensa en sus queridos padres, hermanos, y hermanas, que ahora están bastante lejos de nosotros; y roguemos a Dios que nos dé un feliz viaje.

SEGUNDO DÍA

Esta mañana notamos que estamos muy lejos en el mar. No hay tierra a la vista, y no la veremos hasta mañana, cuando estemos cerca de la costa de Yucatán. El Golfo no está tan tranquilo como ayer, sin embargo, ninguno de nuestro grupo se siente mareado.

   

Después del desayuno damos otro paseo por el barco. Cuando el capitán, que es un hombre bonachón y educado, nota el interés que tenemos por su barco, viene a hablar con nosotros y aprendemos muchas cosas sobre los barcos y la navegación.

Viaje en vapor Veracruz a Progreso
El Salón Comedor del «Berengaria» un vapor de la Línea Cunard.

Nos dice que nuestro barco no es uno de los más grandes del mundo. Hay muchos más grandes que el nuestro, algunos de los cuales veremos en el puerto de Nueva York.

Antiguo poster de la Línea Cunard

Aprendemos que los vapores oceánicos más rápidos y más grandes del mundo navegan desde Nueva York a puertos europeos.

   

Algunos de esos vapores ahora cruzan el Atlántico en menos de cinco días, viajando a una velocidad de más de veintiocho millas por hora, es decir, tan rápido como algunos trenes. Son tan grandes que tienen alojamiento para más de dos mil pasajeros, y se necesitan casi mil hombres para hacer el trabajo en el barco.

TERCER DÍA

Estamos frente a Progreso. Nuestro barco ya está anclado al este, aunque todavía lejos de la costa, porque el agua cerca de la costa es demasiado poco profunda para los barcos grandes.

Mientras nuestro vapor se embarca y descarga algunas mercancías, desembarcamos y hacemos un corto viaje a Mérida, distante sólo 36 kilómetros por ferrocarril de Progreso.

Viaje en vapor Veracruz a Progreso
Vista de la Quinta San Jacinto, Mérida, Yucatán. Ca. 1914.

Yucatán produce grandes cantidades de fibra de sisal, o henequén, que se usa para hacer cuerdas y cordeles. Viaje en vapor Veracruz a Progreso. La mayor parte del suministro mundial de sisal se cultiva en las llanuras secas de Yucatán y las islas cercanas.

   

Después de cortar a mano las hojas grandes, la parte carnosa se quita con maquinaria. Luego, la fibra se extiende para que se seque sobre alambres.

Millones de dólares en esta fibra se embarcan cada año desde el puerto de Progreso hacia Estados Unidos y otros países. Los agricultores estadounidenses lo usan para atar las gavillas de trigo en el momento de la cosecha.

Nuestro barco salió de Progreso esta tarde. Pasado mañana estaremos en La Habana.

Hasta aquí este fragmento del relato que nos da una idea lo que en esas épocas era hacer un viaje en vapor. Como se comentó, es un texto original en ingles, dirigido a estudiantes del idioma. El relato es sencillo para una fácil comprensión.

Mérida, Yucatán a 13 de agosto de 2023

C.P. Humberto Sánchez Baquedano

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