Todo indica que en 1748, cuando se imprimió este devocionario, la presencia de la Soterraña en la Nueva España era mínima, pues Joseph Cabezas brinda una larga lista de milagros ocurridos en la Península Ibérica, sobre todo en la región de Segovia, mientras que para los territorios del Nuevo Mundo, además de su testimonio sobre la tormenta en aguas del Pacífico, tan sólo menciona un evento tildado de milagroso que sucedió en las casas del cabildo de la ciudad de México.
El 27 de agosto de 1743, el alcaide y mayordomo del pósito de esa ciudad, mandó a instalar una estampa de la virgen sobre las puertas de la calle. Como al cuarto de hora de haber puesto la estampa cayó un rayo en la sala de dicha casa en donde había mucha gente reunida, y nadie salió lastimado, atribuyéndole ese hecho a la milagrosa efigie de Nuestra Señora de Nieva.
Como agradecimiento, el alcaide mando a elaborar una pintura de la virgen con un rótulo que narraba la síntesis de lo que ellos consideraron un milagro. Hasta el momento no se sabe del paradero de dicha pintura. Sin embargo su narración nos proporciona indicios para pensar que antes de 1743 ya circulaban cuando menos estampas como la que adquirió el alcaide a las puertas de la alhóndiga.
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Novena sagrada y consagrada a la soberana Virgen María en su milagrosa imagen de la Soterraña de Nieva, defensora especialísima de truenos, terremotos, centellas y rayos
El dominico Joseph Cabezas, además de su historia de la Soterraña, mandó a imprimir en 1761 una novela titulada «Novena sagrada y consagrada a la soberana Virgen María en su milagrosa imagen de la Soterraña de Nieva, defensora especialísima de truenos, terremotos, centellas y rayos (23)». Pintura y estampas de la virgen (6-11) Esta acción reconfirma el interés del dominico por promover el culto de manera sistemática, ya que no sólo se preocupó por la historia, sino que hizo circular estos novenarios que incluían una estampa de la virgen, la cual, como hemos visto, llevaba en sí los poderes mágicos protectores.
El papa Benedicto XIV
Otro indicio de la presencia de esta advocación en México lo encontramos en el cuadro de Miguel Cabrera que hace alusión a «La proclamación pontificia del patronato de la Virgen de Guadalupe sobre el reino de la Nueva España (24)». En la pintura se retrata el momento en el que el padre procurador jesuita Juan Francisco López, se presenta ante el papa Benedicto XIV entregándole la copia de una imagen de la virgen del Tepeyac, mientras el sumo pontífice otorga el reconocimiento canónico.
Este evento tuvo lugar en 1754, y es posible que la pintura date de ese año. La escena se encuadra en medio de una serie de medallones con diversas advocaciones entre las que se encuentra Nuestra Señora de la Soterraña. Pintura y estampas de la virgen (6-11) .Encontrar a nuestra virgen en esta pintura nos habla de la importancia que tuvo en esos años del siglo XVIII, y es muy posible que el mismo procurador jesuita Juan Francisco de López, haya ordenado que dicha advocación se retratara como parte de las imágenes marianas que sobresalían en ese momento en Nueva España. (Figura 1)
La orden dominica, como custodios de la imagen, también promovió el culto en México. Se conoce una hermosa pintura con forma octagonal que presumiblemente estuvo en el santuario de la Piedad en la ciudad de México, el cual estaba a cargo de la orden de predicadores de Santo Domingo. Sin embargo, nada se sabe de los detalles del culto a dicho lienzo mariano.
Circularon estampas de santos
La imagen también circuló por medio de estampas que promovían los atributos de protección. De estas pequeñas imágenes también se pensaba que tenían un poder apotropaico, esto es, que eran capaces de alejar los males. Un ejemplo de estas estampas nos las ofrece el mismo Joseph Cabezas, quien presenta un grabado y añade que «hasta sus lienzos son milagrosos, y sus estampas y medallas, muros pintados y torres de defensa (25)». También contamos con el grabado de José Benito Ortuño, quien presenta a la virgen enmarcada entre íconos de santos y mártires, el cual es un ejemplo más de la difusión de esta devoción (26). Pintura y estampas de la virgen (6-11).
Autor: Víctor Hugo Medina Suárez, Universidad Autónoma de Yucatán. Agradezco al Dr. Medina Suárez por haberme proporcionado el documento que a continuación se reproduce. Por lo tanto, YucatanAncestral.com cuenta con la autorización expresa del autor para la divulgación de este artículo, producto de sus investigaciones. La Virgen de la Soterraña en Yucatán. Un Circuito devocional eclesiástico. Este estudio fue originalmente publicado en el libro «Cultura y Arte de Gobernar en espacios y tiempos mexicanos» de El Colegio de Michoacán en el año 2015.
Notas:
23.- Joseph Cabezas, Novena sagrada y consagrada a la soberana Virgen María en su milagrosa imagen de la Soterraña de Nieva, defensora especialísima de truenos, terremotos, centellas y rayos, México, Imprenta de Doña María de Ribera, 1761.
24.- Diego Monroy Ponce, Zodiaco Mariano, 250 años de la declaración pontificia de María de Guadalupe como patrona.
25.- Cabezas, Historia prodigiosa…, p.16.
26.- Martha Reta, Iván Martínez y Lenice Rivera, «Atlas mariano», en Zodiaco Mariano, 250 años de la declaración pontificia de María de Guadalupe como patrona de México, Museo de la Basílica de Guadalupe, 2004. p.173.
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