Alonso Garibaldi Baqueiro el Loco del Aire

Alonso Garibaldi Baqueiro el Loco del Aire

Nacido el 22 de abril de 1905. Sus padres fueron Don Pedro Garibaldi y Dña. Matilde Baqueiro. Sus amigos y familiares solían llamar a Alonso Garibaldi Baqueiro el Loco del Aire, debido a que tenía una actitud «alocada».

Durente los años 1930s fue un héroe popular, atleta, piloto aviador arriesgado, acróbata, bailarín, alegre y simpático. Siempre fue travieso. En su niñez solía ponerse a caminar en la cornisa de la casa, poniendo los pelos de punta a la mamá y a las vecinas.

En su juventud, alguna vez interrumpió una fiesta en un domicilio, para escalar su fachada. Siempre hizo del peligro su modo de vida. Incorregible.

Alonso Garibaldi Baqueiro el Loco del Aire

Una de sus acrobacias, consistía en saltar y atravesar por dentro una calesa, sin tocarla.

Amaba la velocidad y poseía una motocicleta «Indian», que en alguna ocasión invitó a un amigo periodista, a tomar un café en el Louvre, a unas cuadras de donde se encontraban. Terminaron instantes después en el Malecón de Progreso.

   

«El salto de la Muerte»

En alguna ocasión visitó una feria en Los Ángeles, en los Estados Unidos. Ahí se presentaba un espectáculo denominado «el salto de la muerte», mismo que presenció en varias ocasiones. Un día, la persona que hacía el acto circense no asistió, y él al notar su ausencia, se ofreció a hacer el acto: lanzarse desde un muy alto poste para caer en una tina con agua. Un acto muy peligroso. Los espectadores ya estaban alborotados.

Entonces, Alonso se burló de los vigilantes y se subió a lo más alto del poste. Ante la sorpresa de todos, ejecutó el acto con gran presición. Hasta le ofrecieron un contrato, pero declinó. Estaba satisfecho. Había superado con éxito una riesgoza prueba.

   

Viaje a Cuba

En 1926 fue invitado a participar en una gira teatral en Cuba, que duró varios meses. Posteriormente regresó y solicitó permiso para presentar sus espectáculos de hombre mosca, motociclismo y aviación. En un principio le negaron el permiso. Las autoridades del lugar no querían sentirse culpables de un suicidio. Consideraban «pecado» escalar la Catedral. Posteriormente sí le otorgaron la autorización.

Escaló la fachada de la Catedral de La Habana, dejando sorprendidos a miles de cubanos y turistas norteamericanos. También efectuó su espectáculo aéreo con igual éxito.

El gran hotel

A su regreso a Mérida, platicaba con sus amigos de sus aventuras por los Estados Unidos y Cuba, cuando le pidieron que hiciera una demostración. Sin pensarlo mucho, salió a la calle y escaló la fachada de «El Gran Hotel«, donde se encontraban. Fue fuertemente aplaudido por la concurrencia que ya se había detenido a verlo. Agentes de policía lo detuvieron y lo llevaron a la comandancia, donde fue amonestado y puesto en libertad.

   

El Ateneo Peninsular

En la mañana del 26 de diciembre de 1926, ya se había convocado a numeroso público frente al edificio del Ateneo Peninsular. El Diario de Yucatán había anunciado que Garibaldi escalaría la fachada poniente del edificio. Se habían juntado ya como cinco mil espectadores. A las 10am, se despliega desde el techo del edificio un lienzo con un anuncio de Droguería y Farmacia «Principal», propiedad del Ing. Alberto Montes Molina. Pasaron varios minutos y la gente se empezó a impacientar.

   

Fue hasta las 10:40am apriximadamente, cuando apareció Garibaldi. Le llevó 20 minutos escalar la fachada norte del Ateneo Peninsular, la que da al Pasaje de la Revolución. Al llegar a la cima, fue inmensamente aplaudido por la concurrencia. Desde ahí, desplegó otro lienzo similar al anterior.

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Historia basada en los relatos de Don Raúl Rosado Espínola, » Alonso Garibaldi Baqueiro el Loco del Aire «

Historia de Yucatán
   

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