El Carnaval de Mérida a fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX
Goza merecida fama en la República de México el carnaval de Mérida por sus brillantes y alegres fiestas en las que toman parte todas las clases de la sociedad. El Carnaval de Mérida en 1897-1900. Con toda anticipación, las casas europeas, que comercian artículos de modas, envían agentes viajeros, con ricos muestrarios, seguros de verificar buenas ventas. De la Capital de la República acuden también comerciantes, sastres y modistas, realizando todos muy buenos negocios.
Los yucatecos, que durante todo el año están, casi por completo, dedicados al trabajo, gracias al cual gozan de un prosperidad notable, dedican cuatro días del año a divertirse con verdadera alegría, con una expansión contagiosa, pero expansión y alegría que pasan nunca del límite de las conveniencias y de las más exquisitas formas sociales, llamando la atención, sobre todo en la clase popular, la clase obrera, ese comportamiento que en igualdad de clases y circunstancias, se le puede asegurar que no tiene igual en ninguna otra parte.
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Los bailes de «asalto»
«Anúncianse» (Sic.) las fiestas del Carnaval, generalmente desde los últimos días de diciembre o los primeros de enero, con alegres y animados bailes en casas particulares: bailes de confianza, de intimidad las más veces, no siendo raro que el dueño de la casa, cuando el baile es de asalto, ignore hasta pocos momentos antes que su casa sea la designada para verificar la diversión. El Carnaval de Mérida en 1897-1900.
Cuando sea dar un baile de asalto, las previamente convenidas se reúnen en la casa de alguna de ellas y a la hora fijada parten para el asalto acompañadas de la orquesta y de todo aquello que pudiera faltar en casa del asaltado por no estar prevenido.
Considérase con justicia como una distinción, como una muestra de simpatía y de aprecio para el dueño de casa el que la suya sea designada para el asalto y éste, prevenido o no, se afana por obsequiar y por festejar a sus visitantes.
De: Album Yucateco 1901