Pedro Faustino Brunet

A continuación transcribo una interesante publicación de 1928, en «La Semana Ilustrada». Escrito por D. Efrem Leonzo Dondé, aunque en otras publicaciones aparece como Efren, relata datos interesantes del personaje filantrópico que fue D. Pedro Faustino Brunet hijo. Su obra posteriormente se convertiría en el Asilo Celarain-Brunet, existente hasta la fecha en 2024. También, en otras publicaciones se refieren a D. Pedro Faustino Brunet hijo como Domingo Faustino. A continuación la transcripción:

Anuncio de medicina Roberina de 1932

Un filántropo yucateco, Don Pedro Faustino Brunet Camacho

Uno de los hombres más caritativos de Yucatán en la época anterior a la independencia fue el Chantre de la Catedral de Mérida don Pedro Faustino Brunet Camacho, hijo del Dr. D. Pedro Brunet Monzón, también benefactor esclarecido.

   

El 12 de mayo de 1786 solicitó del rey Carlos III permiso para establecer en Mérida una institución con el nombre de «Casa de Beneficencia«.

Ofrecieron padre e hijo contribuir de por vida con mil pesos mensuales cada uno, además de imponer un capital de $20,000 para que la «Casa de Beneficencia» se sostuviera con los réditos.

No siendo suficientes tales fondos, el gobernador de la Provincia, don José Merino y Ceballos, abrió una subscripción pública para llevar a cabo la importante obra. Pero la subscripción no dio el resultado que se esperaba.

   

MÉRIDA 1960, imágenes en movimiento:

D. Lucas de Gálvez Montes de Oca

El malogrado Capitán General don Lucas de Gálvez, hombre progresista y culto, venciendo inconvenientes, consiguió, al fin, dar cima a la empresa caritativa de los señores Brunet.

La «Casa de Beneficencia» se inauguró solemnemente el 4 de marzo de 1782, y desde luego ingresaron en ella los mendigos (hombres y mujeres) que vagaban por las calles.

   

En $18,000 se calcularon más tarde los «espolios» del obispo Piña y Mazo, los que el Gobierno español destinó a la «Casa de Beneficencia«. Sin embargo, parece que ésta no prosperó ni con tales auxilios. En 1799, hablando don Pedro Faustino Brunet en una junta de las ordinarias del Hospital, trató de los medios de extinguir la «viciosa mendicidad».

Encabezado de la programación de la estación de radio XEFC de 1935

El Síndico Procurador pertenecía al número de aquellos hombres que *tirpación* de la mendicidad «era conforme con lo mandado en las leyes económicas y gubernativas».

Carencia de fondos

Algunas personas presentes manifestaron que la carencia de fondos para sostener la «Casa de Beneficencia«, constituía realmente una falta de «piedad cristiana». El apreciable señor Brunet tomó la palabra y dijo que si no bastaban los veinte mil pesos que había dado para fundar la «Casa de Beneficencia o Misericordia«, con tal de que en esa sociedad yucateca no hubiese un pobre verdadero que no fuese socorrido a su casa por lo que faltase!».

   

El Síndico Procurador pertenecía al número de aquellos hombres que se inflaman al tratarse del bien de todos. Reconoció la grandeza de la acción, la posibilidad del oferente para cumplirla y lo necesario que era circunstanciarla para llevarla a efecto. Y después de otorgar al generoso bienhechor a nombre del pueblo a quien representaba, las más expresivas gracias, propuso que se diese cuenta al Rey de aquel suceso, haciéndolo él particularmente.

Mérida de los años 1940. Imágenes en movimiento:

Persecución al Sr. Brunet

Extractamos estas noticias de un estudio que con el título de «Tratado de la Primera Garantía«, se publicó en el periódico meridano «El Yucateco o el Amigo del Pueblo«, octubre de 1821. Hablóse allí de cierta persecución sufrida por el señor Brunet, el amparador de los pobres vergonzantes, el que realizó uno de los actos más generosos, por los que los hombres se vuelven «dioses»

   

El pensamiento cristiano es también de Cicerón: «En ninguna cosa se parecen más los hombres a los dioses que en el bien que hacen a sus semejantes». Del propio modo pensaba Pitágoras. Habiéndose preguntado a este: ‘¿Cómo podrían los hombres igualarse a los dioses?’, respondió: ‘Abrazando el partido de la verdad y haciendo el bien a todos’.

Antiguo anuncio de Coca-Cola de 1930

Escuelas filosóficas

En 1802 el señor Brunet era Regente del Seminario Conciliar: don Justo Sierra, al referir que don Pablo Moreno había llevado una revolución al Colegio Tridentino, añade: «A pesar de la resistencia del Canónigo Brunet y de las dificultades puestas por el Rector Calzadilla, don Pablo Moreno había logrado introducir la filosofía moderna, que sonaba como ‘herejía’ a los oídos de los profesores, principalmente del famoso padre Onofre. Pugnaban las dos escuelas filosóficas con cierto encarnizamiento»

Hospicio de San Carlos

El hospicio de San Carlos debía su existencia al canónigo don José Martínez: éste donó el edificio en que se hallaba (situado en la actual calle 59 cruzamiento con la 64, ángulo del Noroeste).

   

El año de 1821, ascendió el fondo de la Casa de Beneficencia a $32,100.

Por este tiempo, los pobres en ella admitidos pasaron a las «Recogidas» instalada en uno de los departamentos del hospicio. Entonces fue cuando. según refiere don Jerónimo del Castillo, recibió el nombre de «Casa de Amparo«, nombre que llevó basta el año de 1854.

Casa de Beneficencia

Con sólo un capital de $15,982.25 no podía sostenerse debidamente. Adquiridos nuevos fondos, en virtud de filantrópicas donaciones, abrió nuevamente sus puertas la «Casa de Beneficencia» el 19 de mayo de 1854. Su reglamento lo aprobó don Rómulo Díaz de la Vega. Y el pueblo yucateco mostró su complacencia.

   

El Gobernador del Estado, don José María Iturralde, en el «Expediente de la visita oficial», año de 1878, se expresaba en estos términos: «Cuenta la Casa de Beneficencia establecida en la capital del Estado con un fondo de $20,661.»

De sus réditos, alimenta a 32 personas.

Está regida por un administrador tesorero y por una directora que tienen respectivamente 12 y 15 pesos mensuales y el 5 por ciento sobre el valor de la recaudación.

Mezquino es el asilo que se da en el establecimiento; pero así y todo, es bastante útil y pudiera serlo más, si se reglamentara de modo que las asiladas trabajasen en beneficio del fondo, aun cuando fuera por una pequeña parte del dia»

El Asilo de Mendigos 1902
Pedro Faustino Brunet
1902 El Asilo de Mendigos.
   

Pbro. D. José María Celarain Avedo

Las donaciones de don Joaquín Castellanos Díaz y del Pbro. don José María Celarain Avedo, generosos filántropos, aumentaron los capitales del benéfico establecimiento.

La Casa de Beneficencia Brunet, merecedora de un estudio especial, se refundió, a principios del siglo actual (Siglo XX) en el Asilo Brunet-Celarain.

Nuestro propósito al trazar estas líneas, es ofrecer un recuerdo a la memoria gratísima para el pueblo yucateco del noble filántropo don Pedro Faustino Brunet Camacho. Su nombre será eternamente bendecido por las generaciones venideras.

¡Los verdaderos grandes son los que hacen el bien sobre la tierra!

Autor: Efrem Leonzo Dondé. 1928

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