Segunda parte de La publicidad en Mérida 1900. Es lógico suponer, que los primeros anuncios murales, sirvieron como simple indicador de algún fabricante, expendios pobres o personas que trabajaban en determinado oficio. El comercio en Mérida 1900. Los letreros hechos en simples tablas o lienzos corrientes descuidaban la ortografía y no era raro encontrar en ellos la omisión de alguna letra en la redacción: «Juan Escamía, Barvero» o «Buelta del Nego, Habarrotes«. Sin embargo de todo, ya la idea de competencia preparaba un vasto campo de los entendimientos comerciales.
El nacimiento de la actividad productora en el comercio y la industria emeritense, merecen párrafo aparte que responda a un giro retrospectivo más o menos veraz. El verdadero hilo narrativo de estos capítulos tiene por contra partida, hacer que el lector adquiera una lúcida visión de los que eran el Comercio y el anuncio en el principio del Siglo XX.
La vieja nomenclatura
Naturalmente que como auxiliares en el detalle, delinearemos ciertos aspectos del pasado para mejor comprensión. Todavía en el año de 1890 comenzaba a variarse la vieja nomenclatura de la calle 65, llamándose para los anunciantes CALLE NUEVA DEL COMERCIO.
Resultaba conveniente para evitar errores, detallar el nombre conocido por la generalidad de las gentes: Calle de Juárez (calle 66), Calle del Progreso (calle 60), Calle de los Méndez (calle 54), Calle de Porfirio Díaz (calle 59), Calle de López de Llergo (calle 56), etc., etc.
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Y aún todavía, el anunciante se sitúa en una posición más clara, más segura, indicando la esquina de un edificio, una negociación o domicilio de una persona notable.
Ferretería El Candado
Cuando EL CANDADO se trasladó al local que hoy (1937) ocupa, anunciaba a la clientela: «Herramientas de superior calidad. El comercio en Mérida 1900. Máquinas movidas a vapor para moler elotes, para moler el grano y el bacal juntos. En su NUEVO LOCAL e inmediatamente: FRENTE AL MERCADO PÚBLICO (hoy 2024 el Bazar García Rejón).
Otro ejemplo: «Se vende solar cercado. Informes, calle de Chí (calle 71), conocida con el nombre del Gavilán..»
Cuando don Pedro Málvarez trasladó su acreditado taller de lavado al local céntrico, decía en un aviso: «Participo a mis marchantes que he trasladado mi taller a la calle de los Méndez, contiguo al que ocupa LA BOMBA DEL COMERCIO«.
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En el penúltimo lustro del Siglo XIX, hacer propaganda, anunciarse, darse a conocer era el éxito del comerciante. Cierto es que muchas casa prefirieron el anuncio clasificado y lograron éxito en sus negocios.
La Casa de Espinosa y Compañía
La CASA DE ESPINOSA Y COMPAÑÍA, que ocupaba el predio 474 de la calle 65, en donde actualmente (1937) se encuentra la CASA SAUMA, a pesar de ser almacén de víveres y tienda de venta, gustaba popularizar un sólo artículo: «el famoso Chocolate Marina», que paladearon nuestros abuelos con el pan de la HARINA SAN LORENZO«, fueron acreditados por la CASA DE ESPINOSA Y COMPAÑÍA.
La FOTOGRAFÍA GUERRA, sin duda la más antigua de este arte de las hoy (1937) existentes, pues fue fundada en el año de 1877), desde sus primordiales locales, «Calle de Porfirio Díaz (calle 59), cerca del Casino», bajos de la Beneficencia Brunet, etc., mantuvo una propaganda activa en el proceso fotográfico, haciendo populares retratos en papel mate, brillante, platino, velox hasta llegar al fotograbado.
Anuncio colectivo, montonero, y sin clasificación fue muy usual en ese tiempo. El comercio en Mérida 1900. Establecimientos existieron cuyos nombres no concordaban con sus artículos.
El Figurín Moderno
¿Cualquiera creería que el FIGURÍN MODERNO de E. Sansores, se especializaba en trajes, corbatas y sombreros y todo lo relativo a indumentaria? Pues no, señor. El FIGURÍN MODERNO vendía pianos «Pieyel», coches, calesas y tílburis.
Una tienda «de todo»
Don Arsenio Rodríguez Caballero fue un dinámico hombre de negocios. Gustaba del anuncio montonero y no hubo publicación de ese añejo tiempo que no se leyera LA BANDERA ROJA. La casa establecida en el año de 1886 fue una verdadera fortaleza de artículos y estuvo una época en el local que hoy (1937) ocupa la DROGUERÍA DE URCELAY.
Entre el diverso surtido que ofrecía encontramos: sillas para montar, albardones, justes, estribos, almártigas, riendas, cabezadas, frenos, cuartas, gruperas, espuelas, rodilleras, acicates, mantillones, ayates, cinchas, polainas negras y cabezadas con tapa-ojo para mulas.
EFECTOS MILITARES: espadas, hombreras, galón 5 kilos, espiguilla dorada, cinturones, cadenas para espada, borlas de reglamento y verdes para la policía, botones dorados y plateados, botones para reservistas, escudos para kepí, viseras, carrilleras, badanas, cintas, galón para Mayor, Teniente Coronel y Coronel y hombreras para jefes y oficiales. Pero entre toda esta avalancha de objetos, no faltaban los vinos espumosos, las conservas más exquisitas, calzado de todas clases y los famosos molinos de la NIXTAMALERA.
Bien se podía con D. Arsenio, trajeado a lo militar y de pie en el estribo de una montura y tomar un rico champán de la viuda!!
Otras tiendas
En idéntico estilo hacían sus ofertas la CASA DE LA VDA. DE ORTIZ, distribuidora entre otras cosas, del vino tinto Matusalem, LA FIDELIDAD de Ponce y Bolio, LA CIUDAD DE MÉXICO y LA ROSITA de S. Patrón.
Los productos locales eran muy apetecibles. No solamente en baratillos, tiendas, mercados y puestos se proponía el chocolate, el pinole, el tanchucuá, el «sixte«, los jabones y el polvillo. Las mismas boticas se ufanaban de propagarlas. El comercio en Mérida 1900. Y como una de las fases de lo afirmado insertaremos un anuncio adaptado en la propaganda del polvillo «MARAVILLOSO».
¿Vas al baile de la LONJA?
Seguro que allí la pillo
poniéndose aquel polvillo
que llaman MARAVILLOSO.
Por más negra que una sea
la pone blanca y bonita
y no aún sudando se quita
y vuelve el cutis hermoso.
¿En dónde lo compras linda…?
En la BOTICA DE FONT.
Lo tiene también TRONCOSO
o lo encontrará tu mozo
en la FARMACIA NEGRÓN.
También lo vende Medina,
BOTICA DE CATEDRAL.
En la del PARQUE CENTRAL
o en cualquier otra BOTICA.
En todos los tiempos, en todas las épocas, como contraste notable a las desesperanzas y a las injusticias, los pueblos han tenido momentos de expansión y entusiasmo que al fin y al cabo se propalan y se estatuyen como fiestas tradicionales.
De: Transcripción de la nota «El anuncio y el comercio de Mérida en los principios del Siglo» XX, Prof. Víctor M. Martínez, Diario del Sureste 1937
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